Foto: Biohuerto.es
En tiempos de coronavirus, en los que es mejor quedarse en casa, resulta conveniente un espacio natural, que beneficie a toda la familia y sirva para mejorar la alimentación, reducir el estrés, la posibilidad de contacto con la naturaleza y de desarrollar un sentimiento de satisfacción personal.
Si no tienes jardín interior, utiliza tus macetas, un balde o una batea para sembrar todo tipo de hortalizas, hierbas aromáticas y medicinales. No olvide hacer huecos en el fondo de los mismos para que filtre el agua. Cuando son recipientes grandes se debe regar dos veces cada semana en zonas de calor y una vez si hace frío. Si los recipientes son más pequeños, evalúa la posibilidad de hacerlo una vez por semana en zonas de calor y cada diez días en zonas de frío. Ahora no necesariamente es el techo de la casa o el jardín interior. Cualquier ventana con luz es buena.
Puedes sembrar plantas de aroma fuerte, como culantro o huacatay, cerca de sus hortalizas para alejar las moscas o arañas. La albahaca, romero, muña también es buena para repeler insectos. Prepara una infusión con ellas y cuando esté fría rocíala a las plantas.
Un biohuerto necesita nitrógeno, potasio y fósforo para su crecimiento. Puede hallarlos en los abonos orgánicos, como el estiércol de cualquier animal de granja y el compost que permite que la tierra del biohuerto conserve nutrientes y humedad. Si no los tuvieras a mano un poco de aserrín es bueno, y café pasado igual. debes agregarlo cada dos o tres semanas.
Te recomiendo empezar con semillas cuya cosecha sea más sencilla y rápida. Por ejemplo, el perejil, culantro, hierbaluisa y romero son la mejor opción para aquellos que recién empiezan, ya que son más fáciles de trabajar. El rabanito, la lechuga y la espinaca están listos entre 25 y 40 días después de la plantación. Todo lo demás también puedes sembrar: orégano, nabo, orégano, tomillo, acelga, albahaca, vainita, betarraga, apios y cebollita china. Las hortalizas requieren más superficie, pero puedes intentarlo.